Voy vendiendo a mi mamá por Sudamérica

Ana Luisa Becerra Calero, mi madre artista y yo en  Cali , año 2018

“VOY VENDIENDO A MI MAMÁ”

Un sueño de conocer Sudamérica en motocicleta

INTRODUCCIÓN

Viajar es un cuento que se escribe kilómetro a kilómetro. Viajar en motocicleta es una aventura tan libertina como el vuelo de las aves migratorias, esas que cada cierto tiempo necesitan dejarlo todo para ir a buscarlo todo…, todo lo que sus sueños necesitan cada mañana al despertar para hacerlos realidad.

Esta vez no se trata de no perder el Norte sino, paradójicamente, de no perder el Sur.

Todo esto que hoy escribo es el Prefacio de un libro sobre una aventura que se convierte en una aventura sobre un libro… el libro de la vida, la gran aventura a la que nos expusieron quienes nos trajeron aquí.

Dejo esta introducción así tan corta como puedo y debo, con la esperanza de todo viajero de que la aventura y el cuento de dicha aventura sea todo lo larga y amena como sea necearia, pues la fuente que la inspira es una larguísima cinta llena de sorpresas, llamada la Via Panamericana, que en mi caso sólo será por ahora Via Sudamericana. Por los mapas y las fotos sé de antemano que me encontraré miles de paraísos como también miles de infiernos (las fronteras). Todos ellos serán compases infaltables de esa Sinfonía inconclusa, inmensa y misteriosa, que me atrae como el imán a la aguja…. Sudamérica.

Me sentiré como un Cristóbal Colón motorizado, sobre todo por llevar casi las mismas certezas y las mismas dudas sobre lo que voy a encontrar. Las olas de mi mar serán dos ruedas y las arenas de desiertos mis océanos. Sudamérica me espera como una novia conseguida por medio de internet, de esas que por más que nos manden fotos desnudas nunca sabremos cómo son en realidad hasta que las abracemos, porque definitivamente “el tigre no es como lo pintan”… yo que tuve ya uno al frente, vivito y coleando, sé por qué se los digo.

Y finalmente explico que “Voy vendiendo a mi mamá”, no en su esencia material, sino en su quintaesencia de pintora, de poetiza, de compositora, de madre de once hijos y por ser mi Heroína favorita: Ana Luisa Becerra de Arellano. Iré esparciendo su historia, sus pequeñas pinturas en miniaturas al óleo, su imagen de mujer bella a sus 95 años. ¿Tendré algo más valioso qué vender en la vida?

“VOY VENDIENDO A MI MAMÁ”

Un sueño de conocer Sudamérica en motocicleta

INTRODUCCIÓN

Viajar es un cuento que se escribe kilómetro a kilómetro. Viajar en motocicleta es una aventura tan libertina como el vuelo de las aves migratorias, esas que cada cierto tiempo necesitan dejarlo todo para ir a buscarlo todo…, todo lo que sus sueños necesitan cada mañana al despertar para hacerlos realidad.

Esta vez no se trata de no perder el Norte sino, paradójicamente, de no perder el Sur.

Todo esto que hoy escribo es el Prefacio de un libro sobre una aventura que se convierte en una aventura sobre un libro… el libro de la vida, la gran aventura a la que nos expusieron quienes nos trajeron aquí.

Dejo esta introducción así tan corta como puedo y debo, con la esperanza de todo viajero de que la aventura y el cuento de dicha aventura sea todo lo larga y amena como sea necearia, pues la fuente que la inspira es una larguísima cinta llena de sorpresas, llamada la Via Panamericana, que en mi caso sólo será por ahora Via Sudamericana. Por los mapas y las fotos sé de antemano que me encontraré a su paso miles de paraísos como también miles de infiernos (las fronteras). Todos ellos serán compases infaltables de esa Sinfonía inconclusa, inmensa y misteriosa, que me atrae como el imán a la aguja… Sudamérica.

Me sentiré como un Cristóbal Colón motorizado, sobre todo por llevar casi las mismas certezas y las mismas dudas sobre lo que voy a encontrar. Las olas de mi mar serán dos ruedas y las arenas de desiertos mis océanos. Sudamérica me espera como una novia conseguida por medio de internet, de esas que por más que nos manden fotos desnudas nunca sabremos cómo son en realidad hasta que las abracemos, porque definitivamente “el tigre no es como lo pintan”… yo que tuve ya uno al frente, vivito y coleando, sé por qué se los digo.

Y finalmente explico que “Voy vendiendo a mi mamá”, no en su esencia material, sino en su quintaesencia de pintora, de poetiza, de compositora, de madre de once hijos y por ser mi Heroína favorita: Ana Luisa Becerra de Arellano. Iré esparciendo su historia, sus pequeñas pinturas en miniaturas al óleo, su imagen de mujer bella a sus 95 años. ¿Tendré algo más valioso qué vender en la vida?

Modelo 2019
LA YUYI Así bauticé mi Dominar400

              Tres años soñando y aplazando el viaje

Hace más o menos tres años comencé a soñar con recorrer Sudamérica en moto, pero definitivamente todavía no se daban las condiciones para realizarlo.

Comencé  a leer blogs y a ver videos con historias de viajeros en moto, algunos tan seguros de sí mismos que se aventuraron en motos tan pequeñas como una bicicleta con motor. Entonces reaccioné y pensé para mí: si ellos lo han hecho por qué yo no voy a poder? Y así comenzó esta aventura.

Soy músico Cantautor, por lo cual quise en principio hacer un grupo de músicos motociclistas, ensayar un repertorio de canciones de los países de Sudamérica y hacer el viaje juntos cantando por todos los pueblos que visitáramos…

Olvídense de intentarlo: si muchas veces es difícil juntar un grupo de músicos solamente para hacer música para un show de fin de semana, tratar de juntarlos que sean además de músicos motociclistas y además dispuestos a dejar sus hogares por dos meses y salir de viaje…imposible!!! 

Total… “Gene, tendrás que viajar solo”, me dijo una voz interior. Me quedé meditando unos minutos sobre esas cinco palabras y sonreí. Poco a poco fui entendiendo lo complicado que sería viajar en grupo con cuatro o cinco músicos, cada uno queriendo parar o seguir el viaje a su propia voluntad.

Después de leer muchos blogs me convencí de que los mejores compañeros de viaje, si uno los va a tener en realidad, el destino se los irá presentando por el camino. “Caminante no hay camino, se hace camino al andar” dijo el poeta.


Cuál motocicleta es óptima para mi viaje?

Tengo una Suzuki GS150R de 2016 con 36,000 Kmts recorridos y por no tener recursos para comprar una más grande que sería la ideal para el viaje, pensé el año pasado arriesgarme e irme en ella hasta donde aguantara. 

Pero finalmente parece que se iban alineando todos los planetas a favor de mi sueño y pude comprar esa “muñeca hermosa” que ven en la foto: la Bajaj Dominar 400 ahora hermana mayor en cilindraje (aunque más joven) de las famosísimas Pulsar, Discover, etc., que barrieron con la competencia y se convirtieron en el standard de moto gama media baja de miles y miles de moteros. La dominar ya es gama media alta.

Estuve un año entero o algo más investigando sobre qué moto comprar y una vez que conocí la Dominar 400 fue amor a primera vista. Bueno, perdón, debo confesar que la VStrom Suzuki 250 fue ese amor a primera vista que luego me decepcionó por su alto precio, su falta de frenos ABS adelante y atrás y muchas otras cosas que la Dominar sí tenía.

Esta es mi Suzuki GS150R que ahora estoy vendiendo

“Voy vendiendo a mi mamá”

Aquí voy a pecar de ambicioso porque desde que pensé en este viaje resolví que lo aprovecharía para intentar varios objetivos, sin presionarme para lograrlos al 100% deseado e imaginado, sino solo “intentándolos” como ya lo dije…

Lista de tareas para el viaje:

1- Contarle a la gente que vaya conociendo en el camino quién es mi mamá, a quien llamo “La Autora del Autor” (pues soy compositor y escritor).

2- Escribir un poema con ese título en el cual hago un resumen de quién es ella y por qué es mi heroína favorita

3- Si amanezco musicalmente inspirado una buena mañana le pongo música al poema.

4- Llevar en mi equipaje reproducciones de pinturas al óleo de mi mamá para venderlas por el camino o canjearlas por hospedaje o comida para ayudar así a financiar el viaje.

5- Llevar un disco compacto con una recopilación de mis más recientes producciones musicales (12 canciones en total), también para vender o canjear por la ruta.

6- Cantar una canción o dar un pequeño concierto dialogado con mis canciones dondequiera que me inviten a hacerlo. Puede ser por canje o pagado. O parándome a tocar guitarra y a cantar en un parque y poner el casco de la moto en el suelo para que me tiren moneditas… ¿por qué no? … para mí ningún trabajo honrado es deshonra.

7- Ir escribiendo el Diario de mi viaje como base para un libro que editaré al regresar.

8- Viajar escribiendo poemas y componiendo canciones inspirado en los pueblos o paisajes que vaya visitando.

9- Tomar cuantas fotografías pueda para documentar graficamente mis experiencias de viaje. También si la capacidad de memorias me alcanza hacer algunos videos.

10- Conocer el mayor número de pueblos y ciudades de Ecuador, Perú, Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay y Bolivia.

Esos son, palabras más o menos, los Diez Mandamientos de mi viaje

Pero ya he completado algunas de esas tareas…

Aquí les dejo el poema “Voy vendiendo a mi mamá”

Voy vendiendo a mi mamá en pequeñas miniaturas

en trocitos de su alma dibujados en cartón
nido de mil pajaritos, sus preferidas criaturas,
en las que empeña su vida por buscar la perfección

Voy vendiendo a mi mamá por América del Sur,

para darle a conocer al sureño su talento;
en mi moto sin demora por ella me voy de Tour
a cantarle que ella y yo somos libres como el viento

Apenas noventa y cinco ella acaba de ajustar

dándome ejemplos a diario de cómo debo vivir,

aquel que la llame vieja pronto lo va a lamentar

pues ella yo estoy seguro que le va a sobrevivir

De cuántos cuadros pintados mi mamá perdió la cuenta

para que suelte el pincel yo tengo que regañarla
pero apenas me descuido vuelve a sentarse a la mesa
a sacar del cubilete de su magia rosas blancas

Voy vendiendo a mi mamá, lo más valioso que tengo,

en sus óleos de cartón con su alma y con su firma
que después de terminarlos los mira con embeleso
y luego, ¿ pueden creerme?, cuando los vende suspira

Nunca he podido saber el precio de sus pinturas:
hay que distinguir muy bien entre el precio y el valor;

para mí vale un millón su más simple miniatura
pues allí en ese cartón va su alma y va su amor

Voy vendiendo a mi mamá, Ana Luisa por más señas,

la escritora, bandolista, compositora y artista
la que mi vida me dio y después su vida entera,
mi maestra del amor, mi inmensurable Ana Luisa.

Voy vendiendo a mi mamá, un huracán, una brisa!

Autor: Gene Alfana

Pero qué tienen qué ver el motociclismo y la música en este viaje?

 

Este soy yo cuando me bajo de mi moto y me pongo a cantar… mi nombre artístico Gene Alfana

Uno de los propósitos de mi viaje en moto por Sudamérica es darme a conocer como intérprete y cantautor de música Pop, y también hacer popular mi nombre artístico, Gene Alfana, porque mi nombre de bautismo católico es Eugenio Arellano Becerra, este último muy ligado en mi país a la música folclórica de la región andina colombiana (bambuco, pasillo, etc), la cual seguiré componiendo y cantando dentro de mis fronteras nativas.

Pero como el propósito de mi seudónimo y de mi viaje es dar a conocer mi otra faceta, la música Pop, Tropical, etc., quiero también contarles detalles de dónde saqué ese nombre artístico: 

El cuento comenzó en Estados Unidos, país donde viví cuatro años con asilo político en donde sin saber cómo ni por qué, terminé trabajando para el propio gobierno norteamericano con Broward School Board, equivalente de nuestras escuelas públicas. Descubrí que mi nombre, Eugenio, es tan difícil de pronunciar para un gringo bien “gringo” como para un paisano mío bien “paisano” leer Gene y pronunciar “Yin”. Decidí decirle a todos los norteamericanos “call me Gene, please, just Gene”. De ahí salió el “nombre” de mi seudónimo artístico. El “apellido” se me ocurrió en Panamá, donde me fui a vivir después de Estados Unidos, para que los norteamericanos no me cancelaran mi estatus de asilado político si volvía a pisar Colombia.

El “apellido” de mi seudónimo sería Alfana, el cual es una especie de “apócope” de Alf de Alfonso, mi padre y Ana de Ana Luisa, mi madre.  Y descubrí que entre nombre y apellido ese seudónimo quería decir bilingüemente que yo soy “un gen de Alfonso y Ana”. Qué mejor homenaje para esos dos seres enamorados, románticos y musicales que me trajeron a pasear sobre una pelota de tierra, agua y fuego. Bueno pues, aquí me tienen tratando de conocer una buena tajada de dicha pelota, Sudamérica, quizá una de las regiones del mundo donde más se juega pelota de fútbol.

Continuando mi Lista de Tareas… veo esto…


Carátula del CD viajero

Dije que me proponía llevar un disco compacto en mi viaje en moto. Bueno apreciados lectores, pues aquí estoy tratando de meter en un cuadrito de papel muchas ideas revueltas, atentando contra toda ley de la estética publicitaria, porque yo no pienso ir vendiendo el diseño perfecto de carátula, sino el contenido que va por dentro, con música que he compuesto a lo largo de años, con sudor y lágrimas, para ser más coloquial todavía.

Ese Logo medio dorado es resumen de muchas cosas: se ve la silueta dorada de mi moto Bajaj Dominar 400, mi guitarra que será la pasajera principal, mi espíritu colombiano representado en esa tirita amarilla, azul y roja y debajo de ella dice “voy vendiendo a mi mamá” que es el slogan de mi viaje. Se ve también una carretera como símbolo de la ruta panamericana que seguiré y el propósito del viaje que es “recorriendo Sudamérica”.

Esa es mi mejor explicación para mi peor diseño de carátula, en lo cual soy Récord Nines (Nines me lo acabo de inventar). Pero siempre me atendré, contra toda crítica autorizada en diseño y publicidad, que “por los gustos se venden los aguacates”.

Centrodisco del CD viajero

Si no supiera que lo primero que hace hoy la gente es sacar el disco, copiarlo en su memoria del diario y archivar, botar o regalar todo lo tangible, me preocuparía más por esas sofisticaciones. Además tengo que ahorrarme lo del “diseñador gráfico” para gasolina de la moto… son de 15 a 20 mil kilómetros.


Pero como dicen por ahí, de último lo mejor, el nombre: La Yuyi, así le decimos a Eugenia, mi  tocaya, mi compañera del amor y de la vida, todos los que la conocemos más de cerca. Una mujer tan maravillosa y sencilla que ni ella misma sabe por qué es tan grande. Y ese es el cuento de la carátula de mi disco viajero.

Aprovecho desde ahora y aquí para ir agradeciendo a los primeros amigos que me han comprado de a diez discos cada uno para patrocinar mi viaje. Cuando tenga la lista completa de ellos (y ellas, según aclara Maduro en Venezuela), la publicaré.


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También quiero aclarar antes de que se me olvide que, como podrán ver, Venezuela no está incluída en mi viaje, a pesar de que he leído que recorrerla como turista en moto no es tan complicado, ni peligroso, además de que tiene la gasolina más barata del mundo. Quizá la vaya a recorrer posteriormente.

Ánimo venezolanos, no se dejen vender una guerra contra sus mejores vecinos, los colombianos. Somos hermanos de verdad.

Y hablando de precios de la gasolina, uno de los factores que más encarece este viaje es el precio de la gasolina en países como Uruguay, Paraguay, Brasil, Chile y Perú. Si todas costaran como en Bolivia o Ecuador, el presupuesto global del viaje podría bajar un 25 a un 30 por ciento. Pero aún no puedo ni debo hablar de “presupuesto”, palabrita esa que de por sí dice que es solo una suposición, un “supuesto”…ayayay!!! Solo al final del viaje se sabrá el verdadero costo total del PERIPLO (averigüen qué es periplo. mi viaje se ha debido llamar así simplemente, periplo).

Ahora sí lo duro: amansar el potro salvaje; la moto

Con un bono de $500K que me dio Auteco le compré llantas multipropósito Pirelli a La Yuyi

Se dice que el 50% del éxito de un atuendo elegante son los zapatos. Con las motos pasa lo mismo. Una de las preocupaciones y quejas de muchos moteros sobre la dominar es sobre los “zapaticos” que trae. En un viaje como el que me propongo prima la seguridad y decidí que en ese campo no se debe ahorrar ni un peso.,, “póngamosle las mejores” me dije. Y en la foto pueden verse las nuevas “Diablo Rosso II” de Pirelli, sellomáticas (o Tubless). Espero estar en lo cierto al regresar de esta historia.

 Nota aparte: La mayoría de las personas, que por lo general nunca se han montado ni mucho menos manejado una moto, piensan cuando ven a un motero de largos viajes que es un loco vagabundo sin dios ni ley. Pues NÓ. No lo somos. Otra cosa es que existe una clase de motociclistas desde maleducados hasta asesinos en potencia que vuelan sin casco, sin retrovisores, sin respeto por la vida de nadie ni por la propia, en una palabra hampones sobre dos ruedas, que desacreditan el gremio de motociclistas educados y respetuosos de las normas, que somos la mayoría. Desde padres y madres cabeza de familia que solo poséen una moto para movilizarse con esposa e hijo(s). Estos últimos puede que excedan el límite de pasajeros pero son cuidadosos y viajan a baja velocidad y con casco. Los asesinos en potencia sobre dos ruedas deben ser sancionados algún día.

Otra cosa muy distinta es la logística integral de un viaje en moto por varios países: el presupuesto de gastos, la documentación para pasar las fronteras, el manejo de varias monedas o divisas, la seguridad inherente a la moto, la seguridad vial, la seguridad contra el crimen organizado, la previsión sobre el clima, la topografía, la idiosincracia de los países a visitar, el objetivo principal y los objetivos secundarios del viaje, el mantenimiento mecánico de la moto durante el viaje, el vestuario apropiado y los equipos de mecánica, comunicaciones, fotografía, navegación, video, camping, botiquín, vacunas, medicinas, plan de ruta con paradas en distancias lógicas y seguras, puntos de reabastecimiento de combustible, aceite y chequeos periódicos de la moto. Sé que se me escapan aún varios detalles, pero ya habrá quién me los escriba en un “comentario” abajo de este blog.

Yo pienso que alguien con capacidad mental, física e intelectual para organizar un viaje de este estilo no es un hampón sobre dos ruedas ni un loco vagabundo sin dios ni ley. Aunque podría también haber uno que otro bien camuflado. Pero por todo lo que he leído en blogs de viajeros en moto, son personas pacíficas, amantes de la naturaleza, con espíritu solidario en especial para con otros viajeros y en una palabra…gente requetebuenaza. Ojalá me encuentre muchos de ellos en este viaje. Ojalá alguien me cuente entre este último grupo.

Esta es mi Suzuki GS150R 2016 con llantas Pirelli que han aguantado casi 30,000 kilómetros y están como nuevas

Miren cómo la tenía en diciembre de 2017, pues como no tenía $ para la Dominar 400 me iba a ir en ella a la vueltica por Sudamérica. Le compré alforjas, con sus soportes originales, maletero, etc. Pero valió la pena esperar otro añito. Ya casi ajusto tres años de haber comenzado a soñar con este viaje. Por algo mi amigo Alberto me dio una gran enseñanza cuando le pregunté cómo había logrado tantos éxitos en la vida y me contestó: “Sin prisa pero sin pausa”… joder, esa es la clave de casi todo éxito y uno de estúpido sigue sin practicarla, correteando como carro loco por la vida, sin pausas activas y reflexivas para pensar cada paso… como la tortuga que siempre llega a su meta.

Y continúa el “calvario” para acondicionar la Dominar 400

En la 30 de Tuluá, colocándole el soporte del maletero.

Aquí comenzaron “los dolorosos” de la preparación del viaje: “Señor, es que su moto es un modelo muy nuevo, muy reciente en el mercado y nuestros proveedores de accesorios aún no los han producido para la Dominar 400”

Si uno se queda escuchando y creyendo solo el cuento que le echan en la concesionaria se queda sin conocer Sudamérica. Me fui a la 30 de Tuluá, que ya casi no tiene que envidiarle nada a la 15 en Cali (matemáticamente la dobla…jajaja), y me conseguí TODO, TODO lo de soportes, alforjas, defensas y maleteros ARMO para la Dominar 400. La madre que brinqué en una pata de alegría…claro que paré de bailar cuando me pasaron la factura. Casi me caigo… pero mejor no les digo cuánto por aquí. Escríbanme a mi correo electrónico geneproducts@gmail.com y les cuento con detalles. Pero fue casi una película de espionaje y agentes secretos para que me dijeran “quién era el que los tenía”… jajaja qué mundo este. Pero conseguí todo.

Instalando los soportes de maletero y alforjas de la Dominar 400

En el momento en que escribo esta línea del blog les quiero contar que manejar la Dominar 400, para mí que solo había viajado en una Suzuki GS 150 R y que antes solo había tenido una Honda CB125E 2011, una Honda 100 Eco deluxe 2010, una Yamaha enduro 125 en 2006 y una Honda 500 XR 1981 (siendo todavía muy joven), fue como bajarme de un Renault 4 y montarme en un Ferrari (por favor, señores de las 1200, no se burlen, no se burlen, coman callados). Lo único relativamente malo de la Dominar 400 es que “habla” y le dice a uno pasito en el oído: “Vámonos Papi, entrepiérname y llévame a conocer este mundo, no seas perezosito Papi”. Por Dios que la maldita te habla. Bueno, qué pena, me van a confundir con Maduro cuando habla con el pajarito.

Ya le hice 1100 kilómetros y le he pegado sus jaloncitos casi a 130 kph y zumba como las 12oo, o yo me lo creo así. Jajaja, lo cierto es que produce euforia manejarla. Veremos cómo se comporta fuera de casa, si es una chica buena y amorosa durante todo el viaje.

El día que la compré con la negrita amable y simpática que me la vendió

Y detallen bien la foto. La compré el “Dominar Day”, por eso me dieron Test Drive y un bono de descuento de $500,000 pesos (con los que compré las llantas Pirelli).

 Solo tendré buenos recuerdos de mi Suzuki GS150R. Los malos me los dejan algunos mecánicos de nombre
Y así se va viendo La Yuyi… está que se viaja la pobrecita

Se va aproximando la fecha de salida

La fecha que me he propuesto, hasta hoy lunes 10 de diciembre de 2018 es el próximo 26 de diciembre, dos días después de la fiesta del 24 para descansar bien un día entero, el 25 que es martes y arrancar el miércoles a las 4:00 a.m. hacia Ipiales. Allí me está esperando un nuevo amigo que para feliz coincidencia también es músico afiliado a ACINPRO igual que yo y que me ha ofrecido su casa para hospedarme esa primera noche de mi viaje. Muchas gracias Maestro Jaime Revelo por su hospitalidad.

Esa invitación es como un gran augurio de encuentros con gente amable y hospitalaria que iré encontrando en mi viaje. Aunque parezca una ayuda minúscula, es un inmenso aporte para este viaje el ser hospedado por amigos, dados los altos costos que implican el combustible, los mantenimientos mecánicos de la moto, los pasos de fronteras, la alimentación y los “gastos varios” que a veces se menosprecian y terminan siendo los más caros de un viaje: imprevistos, policías corruptos pidiendo dinero al detenerlo a uno sin justa causa o pidiendo documentos como “la partida de bautismo de mi abuela”

Por eso no me cansaré de agradecer a aquellas personas que me están apoyando desde antes de comenzar el viaje:

De primera quiero nombrar a mi esposa, Eugenia, motor y alma principal e incondicional de mis aventuras, a mi hermana Cilia que me ha aportado muchas cosas en la vida, a mi amigo español José Luis Iniesta un hombre fuera de serie que la suerte me regaló como amigo, a mi hermanazo querido Fernando Borda Caicedo con quien además comparto el placer de tocar guitarra y cantar a dueto, a mi mamá Ana Luisa que es el símbolo de este viaje, a mi hermana y cantante famosa Beatriz, a mi hermana Nena que es otra artista integral, a mi sobrino Memo Pérez con quien comparto un tema que es y ha sido algo tabú en mi familia, “las finanzas” a las que él me abrió los ojos un buen día en una noche de revelaciones en Isla Grande, Panamá, a mi prima Luz Helena Díaz, al Doctor Agobardo Arias, a mi hermano “adoptado” desde la infancia Tomás Esquivel, a Liliana Cruz quien se vinculó desde Miami, a Ciro Cabal que es el único compañero que tengo de los que hicimos la primera comunión hace un ratico, a otro Doctor que ahora también es actor, Camilo Cuadros, a mi “ángel guardián” Juan Cristóbal Romero al que no le perdono que se haya ido de este mundo sin despedirse de mí hace apenas un mes largo y quien me aportó tantas cosas que tendría que escribirle un blog aparte (paz en su tumba), a Alberto Otero de quién escuché por primera vez el consejo: “vive sin prisas pero sin pausa”; esa frase se convirtió en mi filosofía de vida, porque “no por mucho madrugar amanece más temprano”… todo a su debido tiempo. Por eso quizá llevo aplazando este viaje tres años.

Eugenia, la verdadera Yuyi, gerente espiritual de este viaje.
Pero como siempre pasa en estos relatos con “agradecimientos”, no faltará nunca aquel personaje que nos ha colaborado calladamente y que “SIEMPRE SE NOS OLVIDA NOMBRARLO”… desde ya mil disculpas apreciado amigo(a) que olvidé nombrar. CONTINÚA LEYENDO ABAJO, BAJA BAJA





















Nuevos amigos, nuevas propuestas

Hace un año recibí un reconocimiento de la revista Imagen de los Vallecaucanos, región Pacífico, y sus directores me han nombrado como periodista de su importante medio informativo durante mi viaje, para hacerla conocer por una parte y al mismo tiempo generar reportajes de los personajes, regiones y acontecimientos destacados.


Quiero agradecer desde este blog a sus directivos y ejecutivos por su confianza y espero retribuirles con la mejor calidad de contenidos tanto para la revista como para su página Web, la cual es visitada por cientos de miles de vallecaucanos, colombianos y extranjeros.  Les recomiendo entrar a su sitio Web.

Ellos me han colaborado con un video promocional de mi viaje que les dejo a continuación, pidiéndoles que disculpen al río Guadalajara de Buga por su música de fondo…

http://www.imagendelosvallecaucanos.com/web/2018/12/08/gene-alfana-emprende-viaje-por-sudamerica-con-la-yuyi-vendiendo-a-su-mama/

Copiar y pegar el link en su navegador. Agradezco por anticipado los comentarios que hagan en nuestras publicaciones, los cuales van en beneficio de la excelente calidad que todos nuestros lectores merecen.

Agradecimientos al Hotel Guadalajara de Buga y a su Gerente Alberto Díaz. Allí me he preparado físicamente para el viaje, nadando 40 piscinas diarias durante más de tres años (cuando brilla bien el sol).
A solo dos semanas de salir de viaje.

Faltan tan pocos días y aún me faltan tantas cosas por preparar y definir que parace que cualquier tiempo que uno se tome para preparar un viaje de estos es corto, cortísimo.

Aún no he podido conseguir la “cúpula” o parabrisas, diría yo en castellano sencillo. También estoy tratando de completar al menos los 2,500 kilómetros de recorrido para cambiar aceite y hacer varios viajes por acá cerca para completar los 5,000 kilómetros requeridos para hacerle el primer mantenimiento que prescribe el manual… antes de emprender el viaje. Será el único de “garantía”, ya que los que siguen tendré que hacerlos quizá en Chile o Argentina y allí se perderá la garantía acá en Colombia.

También estoy consiguiendo un GPS bueno, bonito y barato pero que sirva y sobre todo con los benditos mapas de Sudamérica. Hay cantidad de ofertas con los mapas de Estados Unidos y Europa, pero no ha sido fácil conseguir un GPS con los mapas de Sudamérica instalados. Y la opción de navegar con el GPS de un teléfono celular tiene sus limitaciones y complicaciones, porque por una parte hay que estar comprando tarjetas de teléfono de cada país y segundo no está garantizada la calidad de señal en todo el camino.

Aunque como leí por ahí en un blog muy simpático, siempre queda el recurso infalible del PPS… pare, pregunte y siga. JaJaJa, yo llevo viajando con este último por Colombia en varios viajes como Cali-Santa Marta, Cali-Cajicá, Cali-Neiva, Cali-Medellín, etc.

Aunque es mucho más fácil porque son viajes relativamente cortos y uno conoce mucho más de su propia geografía. Claro que otro navegador buenísimo es el EPSR… estudie primero su ruta. Por supuesto, tener un mapa mental memorizado ha sido mi mayor virtud de motociclista. Casi nunca me ha fallado ese sistema. Y es bueno para la salud neuronal. También permite que uno se concentre más en el manejo de la moto y la atención a las señales de tránsito. Hay mucho que aprender con estos viajes.

Aléjense de los negativos

Como en este blog me propongo desnudar mi alma para impulsar a quienes también quieren realizar esta aventura tan tentadora para un motociclista, me disculpo por darles un consejo a quienes no me lo han pedido, pero por favor aléjense de los negativos.

Son persona de diferentes tipos y clases pero que tienen algo en común: hacerte solamente comentarios negativos sobre tu viaje,  como por ejemplo, “¿vas a pasar por Perú?, ten muchísimo cuidado. Perú es peligrosísimo, te pueden robar en cada esquina y hasta matarte por robarte?” y otros te dicen: “Ten mucho cuidado con las comidas” o “¿piensas pasar en moto el desierto de Atacama?¿Te has vuelto loco?”.

Cuando encuentro personas como esas siempre recuerdo la “Ley de la intención”, que dice: “pensamientos positivos atraen resultados positivos, pensamientos negativos atraen resultados negativos”. Y es una ley tan inexorable que yo diría que funciona un 100%, haciendonos felices a quienes la practicamos con el “positivo” e infelices, frustrados y llenos de problemas a quienes la practican con el “negativo”.

Y el negativo es el miedo, la inseguridad, la falta de auto estima, la falta de imaginación y sobre todo la falta de coraje para decidirse a salir de la zona de confort y seguridad y lanzarse a realizar un sueño. Esas personas que cuando se encuentran a un soñador como yo lo quieren tomar de paño de lágrimas para hacer lo que en sicología llaman proyección y tratar de hacerle sentir a uno sus miedos, sus frustraciones y sus inseguridades. Qué pereza esa gente, expertos en darte “consejos” que te asustan o que ellos piensan que te asustan. Fuera con ellos, dales una lección y vete a realizar tus sueños. Solo unos pocos de esos te confesarán que son miedosos y que te envidian.

Pero afortunadamente también se encuentra uno con la otra cara de la moneda. Personas que te felicitan y te demuestran su admiración por el proyecto de tu viaje. Personas “personajes”, algunos muy famosos y poderosos que te aplauden y no solo eso, te brindan todo tipo de apoyo, desde buenos consejos y tips nuevos para el viaje hasta dinero en efectivo para tus gastos. Desafortunadamente mis estadísticas sobre estos dos tipos de personas son bastante claras: hay muchísimos más frena-motos que empujadores. Jajaja, cómo se conoce a la gente viajando; perdón, solo preparando un viaje…